sábado, 16 de septiembre de 2017

Desencuentro.

Comenzás tu martes mientras yo termino mi lunes.
Vos desayunas apurando un día intenso, mientras yo disfruto tranquilo el último té de un día sereno.
A la distancia que nos separa se suma la diferencia horaria que juega todo el tiempo a cruzarnos en momentos -de distintos a opuestos- provocándonos (o al menos intentándolo) una sensación de desencuentro.
Tus noches cansadas son mis tardes con planes por venir.
Tus almuerzos, son recién mis desayunos.
Y tus tardes relajadas, tienen que entenderse con mis mañanas despabiladas.
Es un tipo de distancia que no conocía. Como que te abrigues para escucharme hablar del verano.
Me gustaría que todo fuera más atemporal, menos concreto.
Me gustaría al menos que estemos separados como si estuviéramos juntos.
Me gustaría ahora mismo irme a dormir con vos.

Buenas noches. Buen día.